Foto de Naivul, Angelina Nadejde
ENREDADERA
Desde la pared al viento, los
andamios desenterrados del rostro.
El inmutable monumento de los
minutos, la hoja que se ahoga en la mano
y ese mapa de invierno con
números irreales.
—Rompí con el zodíaco y sus
feroces alimañas, con todas las arrugas
del follaje y sus hinchadas aguas
de vinagre.
(Es probable que para todos los tiempos haya almohada), y que, la introspección,
florezca en la respiración, sin
anuncios de ninguna índole.
Por mi parte no tengo más fiebre
que controlar: ya me es suficiente
el bosque de la tinta,
los cuartones de papel y el
candil en un lugar visible.
(Supongo que cada quien se destruye a su manera; el albedrío ya es
museo
para del
rock and roll. En todo caso, está
inevitablemente el blues.)
Barataria,
04.X.2013
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