Imagen cogida de la red
ESFINGE
Aquello era como una esfinge:
velaba como una sombra mis barcas.
Entre las aguas, el mundo
subterráneo de la anatomía, el vuelo del designio
inalcanzable, el ala falsa de la
inocencia,
el abanico de la malicia en el
cuenco de las manos.
—Así, la mitad de la noche, como
una brasa urdiendo quemaduras:
(Siempre da escalofrío la metamorfosis de uno atrapada en la
garganta.)
¿Hasta cuándo las bocanadas de
respiración en los telares de la muerte?
Supongo que es lluvia esta
sustancia que revela el cortinaje de la sal:
soy sólo rehén
de estos párpados ramificados en
ala negra. En el sinfín se desfonda el azúcar.
Barataria, 27.X.2013
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