Pintura de Fernando García Ponce, cogida de Pinterest
TRABAJO DE LA DERIVA
Al fondo de la sangre hay
eternidades inundadas de sueños: todo lo humano nunca deja reconciliar los ojos
siempre es la suma desbordada de lo pétreo que aun preserva la vigilia el
rostro irremediable de la lluvia los retratos de familia descoloridos por el
tiempo quizás aquellos senderos de polvo duros al contacto con las ojeras conviene
ahora afrontar todas las cerraduras los exilios de hastío a los que uno está
sometido releer sobre el filo del puñal los viejos afanes de las parábolas y
las fábulas lo despiadado que resulta el resplandor en una reja oscura
describir la sensualidad de un rostro infame morder religiosamente los
discursos del gobernante de turno y su bien amada lengua de deseos mientras se
piensa en la ventura de los buenos designios el mundo es una diversión para
arrojarse en la rueda de caballitos o repetir de memoria la mímesis solo es
cuestión de tiempo para encajar bien los colmillos desde luego los impulsos anegan
de lluvia esa agua ahogada en la autoinmolación: con todo se acrecienta el
hambre y se desploma la pluralidad de las ideas detrás de la ceniza hay una
maquinaria que permea la conciencia más allá de cualquier despojo y lo gastado
del grito tenemos una joya limpia muriendo a pausas una eternidad casi
astronómica un cálido cielo de planicies…
Barataria, 2017
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