Imagen cogida de la red
DESTRUCCIÓN DEL TIEMPO
Sobre la madera la garganta cortada
del tiempo: desfallecemos ante los diurnos extravíos de los rieles y los
relojes a menudo nos empeñamos en sangrar sobre algunos senderos irreconocibles
frente a las adversidades los niños crecen a la orilla de la esperanza en los
linderos enfermizos de los retretes o bajo el chorrito de sombra de la tarde o
en la otra cara de los imposibles el polvo hunde sus manos en la cara: incómoda
la piedra nunca sepultada del todo de la
pared brotan aguas perdurables ante una caligrafía perversa o pusilánime ahí en
todo caso nos araña el calor del sexo los ojos enteros del delirio y claro los
meses antes de hacerse noche nos desvanecemos en las sustancias de engrudo de
la fiebre y mojamos las heridas desmemoriadas del ala
(Nos
aturde el estiércol podrido como una especie de alfombra nos intimida el hollín
roto del quinqué y la cama indecorosa de los ardores al final acabo por
arroparme con osamentas inútil final de mis atajos es una desfachatez pensar en
el cántaro de ausencias: tengo mi aliento sobre tus muslos)…
En la destrucción del tiempo
amortiguamos las horas calcadas del espejo luego nos escabullimos por hondos
precipicios no queda ningún paisaje erguido salvo el envejecimiento del frío y
esos rincones que se callan mientras transcurre el tiempo…
Barataria, 2017
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