Imagen cogida de la red
DUREZA DE LO POSTRERO
Cada vez son mayores las
distancias de los ecos sepultados: entre la respiración y la impaciencia el ruido de bisagras desgastadas por el
tiempo fenecido y ese tenue vegetal de pájaro desnudo en medio de cuerpos desangrados
la tormenta ya es un débil recuerdo solo un rastro de pez en los párpados o un
gris cóncavo en el centro del despojo ante el polvo nos asedian huéspedes: los
trenes abatidos del cierzo y el guijarro corpóreo de los estambres no sé si
todo dura o desemboca en el río de frío de algún espejo que declina en el
umbral ante el latir del absoluto el doblez del barro y su extensa pulcritud de
residuos en realidad nada queda de los años sino el candil de los
remordimientos y los viajes ahogados en la garganta parece que la memoria libra
muchas batallas sin sentido: hurga más
allá del horizonte más allá de la hoja caída disuelta en el vacío
Todo lo deshace la tierra aunque
uno dure una eternidad: ninguna inclemencia es benigna y menos entre ídolos y
lianas y las aguas oscuras de los sueños después uno se da cuenta del por qué
tienen sentido las funerarias…
Barataria, 2017
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