The Natural History Museum, 1943 - Paul Delvaux
PALPITACIÓN DE AYER
Es la sombra y su conjuro, el canto estacionario de la niebla.
Alguien —entre líneas—, persigue
y arranca mi aliento. Alguien.
Me he llenado inesperadamente de tantas miradas vacías.
Llueve junto a mi remoto país; gotea calcinada la noche con
sus vahos.
Pienso en el alba y en la desembocadura de aquel fuego: ¿qué
herencia
nos guarda entre el vuelo roto de la hoja?
¿Qué camino hay que seguir entre tantas cosas trágicas, entre
la costura
de los aullidos y la desesperanza de una lágrima?
—Vos caminás en medio de enmarañados
chiriviscos;
de seguro, entre pájaros abollados por las inclemencias del
tiempo.
La escarcha muerde difíciles palabras —mientras
danza en la entraña—
y enceguece de lunas secas y sudarios e huesos.
Ladran los caminos en tanto reconstruimos la historia de los
sueños.
Tan desnuda es la ceniza que transparenta nuestro grito.
Volvemos a la calle a buscar el zodíaco y la luz que sueñan
los relámpagos.
Desando el ayer y toda su tortura:
en la mirada, la tempestad de mi país y sus calles oscuras,
las agrias maderas
de los féretros, las curvas del hedor en los cántaros del
follaje.
Me dicen que en la concavidad de los espejos, se ve el azogue
de las heridas
y el sexo manchado de sangre en la oscuridad de los dinteles.
Crece el pálpito cuando todo el diccionario de tus poros
aprieta mis sienes.
Barataria, 2017
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