lunes, 8 de mayo de 2017

CREPUSCULOS ULTERIORES

Imagen cogida de la red





CREPUSCULOS ULTERIORES




Detrás de los crepúsculos ulteriores, las muletas del páramo, las ojeras.
Cada una de las palabras arrinconadas, la dudosa almohada de la noche.
Allá, el hondo silencio de las huellas como un monumento al tiempo.
Allá, como una hoja de papel con su habitual indiferencia.
Allá, tránsito y silencio y una boca ciega y un muro de adusto granito.
Allá, los vértigos entre un sinnúmero de horrores, como ataúdes enmohecidos.
Allá, a saber dónde acaba la muerte, dónde danza la ceniza sus cansancios.
Qué disfraces muerden con crueldad la desnudez del viaje íntimo.
Allá, el cuerpo inamovible de las pesadillas, los vacíos mirando al ojo.
Allá, las apostillas desabrochadas de los esfínteres.
Allá, usted con la mucosa en el ojal del ombligo, entre ansias y martirios.
Allá, lo innumerable de los paraguas y la sábana roída de la entraña.
Aquí, cualquier sumo entre inminentes crepúsculos.
Aquí, el reacomodo de mi locura y la caspa y los tiliches y la mugre.
Aquí, siempre juego a lo inmundo del futuro, a las castraciones interminables,
a la soledad, a la mentira, a la reclusión de mis dramas.
Aquí, entre mercados y héroes, entre tumbas y religiones por todos lados.
Aquí, equivocado e inevitablemente muerto.
Aquí, balanceándome dentro de ataúdes, al punto de circuncidar
al espantapájaros y sacrificar mis gélidos orgasmos.
Aquí, sin vos, como cadáver endurecido, náufrago de culpas y tiempo.
Barataria, 2017

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