Imagen cogida de la red
TESTIMONIO DE LA NOSTALGIA
Después de haber colmado los
días, ¿qué futuro tendrán los callos
en los calcañales, en la sed que
alarga su historia de vértigo?
En el recuerdo no hay matronas
que asistan la melancolía, ni piochas
para desenterrar los jadeos.
Llovió. Ha llovido. Llueve. Lloverá, sin embargo, en este lento
cansancio.
(A veces soy árbol olvidado en el bosque de los sueños.)
Duele ser el insecto sobre la
piedra. Duelen las golondrinas sin brazos.
Duele el santuario de la jaula
sin hisopos.
Me dolés en la afirmación de la
salmuera, en el tropezón de la vigilia.
(Ahora nos embriaga el destiempo, esa especie de cuervo de sed, la
edad
que nos golpea con sus largos puñales, el ideograma de la herida y
sus grietas.)
A veces solo pienso en la
libertad de mi desnudez.
Aquí, sobre la espina de la
noche, el tacto atroz del sonambulismo.
Barataria, 08.IX.2014
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