lunes, 8 de septiembre de 2014

TESTIMONIO DE LA NOSTALGIA

Imagen cogida de la red




TESTIMONIO DE LA NOSTALGIA




Después de haber colmado los días, ¿qué futuro tendrán los callos
en los calcañales, en la sed que alarga su historia de vértigo?
En el recuerdo no hay matronas que asistan la melancolía, ni piochas
para desenterrar los jadeos.
Llovió. Ha llovido. Llueve.  Lloverá, sin embargo, en este lento cansancio.
(A veces soy árbol olvidado en el bosque de los sueños.)
Duele ser el insecto sobre la piedra. Duelen las golondrinas sin brazos.
Duele el santuario de la jaula sin hisopos.
Me dolés en la afirmación de la salmuera, en el tropezón de la vigilia.
(Ahora nos embriaga el destiempo, esa especie de cuervo de sed, la edad
que nos golpea con sus largos puñales, el ideograma de la herida y sus grietas.)
A veces solo pienso en la libertad de mi desnudez.
Aquí, sobre la espina de la noche, el tacto atroz del sonambulismo.
Barataria, 08.IX.2014

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