Imagen cogida de la red
CUERPO
La noche sin nahual cubre tu
cuerpo. El mismo muro como obligado
silencio: sobrevivo al caos de
los sueños ¿A dónde va este presente
macabro, tu solo ser que me deja
oscuro en medio de tantas páginas en blanco?
He vuelto a mi escritura después de
lamer la oscuridad.
(Siempre supuse que en los sueños hay calabozos y ceniza,
insomnios hondos
como un pozo macabro.)
De aquel cauce de palabra e
imagen, solo quedan los signos dispersos
de la batalla, ese aliento
soterrado en el espejo de la tristeza.
La muerte oscurece mi aliento: ya
no quedan bolsillos para las palabras,
salvo las calles apolilladas del
otoño y la ilusión gastada como una moneda.
Debajo del paraguas negro de la
oscuridad, el universo sordo del escalofrío,
el reverso del azar, por si acaso,
de la página carcomida del ala.
Nada ha quedado de todos esos
días, excepto la maleza y sus migajas…
Barataria, 16.IX.2014
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