Imagen cogida de la red
BOSQUE ADENTRO
En la antigüedad de la inocencia,
el bosque adentro de la memoria.
Ahora tengo las certidumbres que
antes no tuve: hablo de la medianoche
y su tableteo; hablo de la voz
despierta tiritando en el frío.
Hablo de las centellas y la
ciudad que escapa de mis ojos como un cuerpo
en fuga, como vos, cansada de un
tiempo de ficciones.
Hablo de los lázaros estériles
que andan en puntillas y en sigilo…
Todo es terrible en el paraíso
terrenal del vinagre: los cansancios suelen
ser ávidos depredadores, o
páramos o verdugos.
Cuando todo esto acabe y se anule
el dictamen de los cadáveres,
tendremos bosque adentro, toda la patria infinita en el entrecejo.
(Mejor que el paraíso, tu cuerpo hirviendo en mi aliento.)
Tras la rama alta del búho,
siempre sabré del fervor del espejismo.
Barataria, 05.IX.2014
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