CONVICCIONES
Me deslumbran las aceras en medio
de tantos recuerdos y guijarros.
Soy solo un animal que disimula
sus tejados y el extravío de espejos.
Entre lo real y lo imaginario,
siempre busco una tercera opción:
el eco a la deriva que abre la intemperie,
la dentellada que no se ciñe a
los huesos ni a la obediencia, ni a las tapicerías
de la piedad. Nada me conmueve
más allá de las funerarias (todo lo
sofocan
manos apacibles): si camino alrededor de la orfandad, es porque nunca
me reconcilié con las paredes, ni
fui colono de códigos invisibles.
(Todo tiene su precio y cada quien paga el suyo.)
Si los harapos se me tornan
insolubles, es porque esas alas me dio el arcano.
Desde el fondo de mi muerte, no
necesito talismanes en mi lápida.
Barataria, 16.IX.2014
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