Imagen cogida de la red
CALLE VACÍA
En la lengua del alba, la calle
del más allá late con venas rotas y altares
redondos como la zozobra. Ya no
hay aguas para nadar, ni días de trenes
con estaciones, ni paredes con
ventanas que abriguen árboles.
Camino en medio de tantos zapatos
vacíos.
Camino en medio de jaulas sin
lavabos, (se acaba el sol y los espejos.)
El disparo de la muerte cae sobre
las mochetas (recuerdos y voces)
de la mitología amarilla de las
telarañas.
Nada es ya cierto, salvo los
dedos colgando de un calendario fenecido.
Ahora tengo tantos nombres
enterrados que debo construir con cierto apuro
mi propio cementerio: vos, aquí,
en los corredores de mi aliento, junto
a las calles vacías de mi sombra,
subiendo al camposanto de mis brazos.
Después del disfraz del amor,
construimos con fervor nuestra muerte;
luego, cabalgamos sobre el
sudario, ya sin trama, la perpetuidad de la cacofonía
y los chiribiscos del horóscopo
colgando de la saliva.
Barataria, 24.IX.2014
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