lunes, 15 de septiembre de 2014

OFICIO

Imagen cogida de la red




OFICIO




La claridad es el oficio de fiebre del poema. Imantación del ojo, después
de haber vivido en la incandescencia del tizne.
Cada día me despido del tiempo y los sueños: las palabras del escapulario
lo explican todo, son las onomatopeyas las que horadan mis sentidos.
No tengo otro oficio más que éste: desempolvar el reloj del alfabeto,
morder la sombra gris de los juramentos,
sacudirme el prontuario de las hormigas, sumergirme en las entrañas
del vértigo hasta abrir las compuertas de la indiferencia.
Mi oficio es asir la yesca del aire y tirar a los cuatro vientos la hojarasca.
(Si me queda algún lugar por nombrar es porque forma parte del cielo;
desde siempre trato de buscarle el sentido a los pedazos del calendario.)
—En cada página, humedezco de tinta y salmuera, esos espantapájaros
que ayunan en mis párpados…
Barataria, 14.IX.2014

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