Imagen cogida de la red
PAISAJE CONTINUO
Es la misma esquina sin
testamentos, la vaca de la penumbra sobre el eclipse;
veo la continuidad inmoral que
dobla las rodillas, las hamacas flotantes
de los párpados a través de la
única rendija de la ventana:
vos, proverbial, en algún paisaje
mágico a la orilla del rosal boca arriba
de los puertos, o en el único
lugar posible:
mi caverna cuyas paredes saqué
del desuso. (En mis ojos, todavía la
avidez
del Stanislaus National Forest y su vendimia para la perennidad.)
—Luego sobre las palabras, la
flama verde arqueada en los pensamientos.
Maduran los ciervos en el horario
de mis poros.
Cada palabra en el rostro hace el
recuento de muchos nombres:
todo nos desnuda y así,
innumerables, nos recobramos sanos de pájaros
y de asfixia. Dejamos fuera de
nuestros brazos, la melancolía y el abandono.
(La ternura es como el olor a albahaca en la infinita piedad del
cierzo.)
Barataria, 05.IX.2014
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