Imagen de André Cruchaga
A VECES UN VIAJE
A veces un viaje es sólo la noche
que recorre sienes y pupilas y olvidos.
Injerto de páramo en los dedos,
la misma agua en fuga del infinito.
El asfalto sospecha de la sal que
trepa a las pupilas desde los lentos brazos
que agonizan en la conmoción de
la herida.
(Otro ha sido el grito que forjó lo subterráneo; otra, la sed en
el bahareque
de las sombras; otro, el barro que floreció en la intemperie.)
Descalzo, como siempre, purifico
los despojos de las cunetas, ese umbral
de los exilios, los manuales que
juegan a ser espejos.
En los peces de los ojos, la
tempestad que muerde la garganta.
Cada huella, cada roca horadada,
es ese otro lenguaje de los viajes:
ya cuando hemos descendido sólo
queda la voz de la nostalgia y los pertrechos
estáticos de la salmuera…
Barataria, 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario