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cogida de Taringa
ATAÚD
Ya el ojo de la trementina en los guantes de
la madera. Los tiempos idos.
La luz desollada en la piedra de
moler y el tabanco, triturado el grano
en su acometida final.
—Recojo todo lo que trajo la
tormenta: los tambores y la pólvora
y el susurro de hierro de las
ingles, duele el rastrojo en el pecho.
(En el escote del carraspeo, el vendaval de las pelucas y esa
contrahechura
del vejamen en la almohada.)
No sé si es la huella o la
máscara, esa metáfora del celaje derruido,
la estación última del péndulo en
el estío: otrora mitigabas las penurias
en el mercado —claro, la Bolsa de
valores es mucho decir—
en el campanario de la plusvalía.
Sé ahora que vivía en un carrusel
de esos infestados de larvas y maleza.
Barataria, 21.IX.2013
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