Imagen tomada del FB de Editura Bybliotek
PUZZLE
EN UN DÍA CUALQUIERA
Más vale caminar más
cerca de la línea de espuma
Y aventurarnos en el
umbral de un otro frío.
YVES BONNEFOY
Entre las
estridencias de las diademas en el rocío del fetichismo,
la
oblicuidad de ciertas figuras sobre la mesa o la preñez colosal de la sábana:
—las
distancias exhiben su lengua como una gran sombra de escalofríos flotantes; allí
los travesaños rutilantes en los círculos,
la capacidad
del puzzle para armar las conjeturas de la lección
de la
escritura sobre la piedra,
los buenos
días en la nebulosa del horizonte, los derroches de calles
que una vez
transitamos,
sin la
aprensión tuerta de los sueños.
(Hemos caminado sinnúmero de
veces a través de las costuras del invierno.)
Ya gastado
el galope de los zapatos, vemos que las estrellas se anexan
a las
funerarias: algo de los cuerpos se pierde en el tránsito,
allí entre
la hojarasca, hacia dónde perseguir la epifanía, el tren
de la
meditación, la escalera
y otras
indumentarias, el escape hacia donde la memoria reverdezca.
El hospedaje
del reloj flota en lo indecible.
Deambula la
lengua en los fragmentos de saliva; en el vacío están los códigos
de los
sepultureros, y la dentellada de la polisemia.
Y la piedra
sorda del full time. Y el maniquí a pulmón abierto.
Barataria, 19.I.2013
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