Imagen tomada de reporterosinfronteras.com
MIRADA HACIA DENTRO
Los demonios del sigilo me
persiguen las esquinas de las aceras.
Existe siempre una especie de
cine telúrico en las aguas residuales
de las fechas: llámese calendario
o modorra,
piedra pómez giratoria en las
ojos,
ritual anticipado de la miseria o
simplemente hartazgo de un paisaje,
de un paisaje purulento.
He escrito el último verso que me
quedaba en los ijares.
Me olvidaré por un momento de mi
ración de palabras en el ayuno,
ahora quiero pensar en la mayor
brevedad de los pies, domar el papel,
asentarme en alguna zona peatonal
con el anonimato consiguiente:
todo puedo perdonar, menos el
endoso
de los puntos cardinales:
—juro que le tengo miedo a los
cuchillos, a desleer lo que ya está escrito,
dormir en un antro de relojes
purulentos,
a que me ahoguen las doctrina
macroeconómicas,
repetir el mismo absurdo de los
arcos del zigzag, la página lisiada.
Juro que no hay cuencas más
oscuras como las del poema a medianoche.
Barataria,
07.I.2013
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