Desde luego, la luz expira también cuando apagamos las velas de la sed e inclinamos
la piel hacia el granito. Mis dudas siempre son una constante en esto del despojo;
a menudo el horizonte también está prostituido como los antros marginales de las ciudades marginales del gemido.
Imagen tomada de Miswallpapers.net
EXPIRACIÓN DE LA LUZ
Se muda el tiempo como una sábana encalada en las sienes: la cuna es el funeral donde se ahoga cualquier ilusión postrera de los ojos. De la tierra al ala, hay canicas irrespirables, pestes del tamaño de la salmuera, redondos elefantes en el óxido del centelleo. La luz expira sólo cuando el miedo saca sus colmillos de pantera y se adentran en las oscuras quemaduras de las luciérnagas, sin importar la eternidad efímera del ojo en la rama donde el vacío se llena de osamentas. (Por desgracia somos frutos de la ráfaga amarga y de la perennidad de la ceniza; dondequiera que haya semanas, existe el riesgo de desnudarnos en medio de gastados ascensores, en medio de alacenas incineradas, dentro del hondo barro de la nostalgia. En el horizonte envejecen las esfinges y, también la neblina del gallo que canta a secas sobre cada rendija del tejado. Al contrario de la transparencia, cada superficie del discurso se convierte en demagogia, en purulento aire para los analistas del medio ambiente.) Desde luego, la luz expira también cuando apagamos las velas de la sed e inclinamos la piel hacia el granito. Mis dudas siempre son una constante en esto del despojo; a menudo el horizonte también está prostituido como los antros marginales de las ciudades marginales del gemido. Lo demás ya los abemos, aunque le demos la espalda a las osamentas, y nos persignemos la cara con agua vendida. (Lo de bendito, claro, no deja ser mero eufemismo. Salvo el agua de las cloacas tienen la certeza de tanta impureza y de la fluidez del descenso; las otras aguas, son la luz que lava lo vital. Después de todo, también los espejos expiran ante el mal agüero del crimen, hoy menos extraño y con ciertos privilegios.)
Barataria, 23.IV2012
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