Pintura cogida de Pinterest
IMPOSIBLE
OLVIDO
¿En qué orilla
de la rosa el olvido imposible del pájaro o los guijarros? ¿Es acaso sólo
espejismo? En el reverso del columpio siempre estoy recogiendo los pedacitos de
infancia y las aguas maternales para el cauterio hay una parva de ceniza
desangrada en la oscuridad olvidos suciedades soportando la traición recurrente
de las tapicerías no es posible enterrar los pulmones en la hojarasca ni
saberme distante de mi viejo petate de los tiempos indemnes en la memoria se me
escapan de las manos las fotografías desasidas en este aquietar los límites del
umbral nada tiene sentido cuando uno ha dejado de revisar los adioses ni
reconstruir el paraguas de saliva de lo insondable siempre queda aquí el
interior de los poros y los discursos luctuosos del sollozo no siempre una sola
palabra anticipa la oscuridad es la boca la que abrasa esos días de crepúsculo
entre las manos son las mutilaciones las que rompen los relojes seminales de la
sombra la ausencia en el tórax proscrita en la horqueta de la medianoche (ignoro por cierto qué abrigo tiene la
piedad si es únicamente una mancha en el cuerpo un narcótico un altar para los
paroxismos sé de la tiranía del harapo del perro de piedra en mis
desvalijamientos también de las reliquias que me dejan las pesadillas y su
plegaria de grito en el pocillo del alba siempre pervive la sangre en el
manicomio de mis siempre o nunca silencios oigo caer los pasos de la noche y el
vacío de los mapas y los diversos rostros del viento sin itinerario) en
medio del andrajo toda la deriva de mi domicilio se jerarquizan las
castraciones y las vísceras el sofoco que propicia la huella de los latigazos o
el estrago del ave muerta entre los dedos de las manos: pertenezco a esos
depósitos con la soga al cuello a lo apenas muerto de palidez y al frío sordo
en medio de sumergidos lupanares —siempre he querido disolver o borrar cada una de
las miradas que me juzgan ahora enloquecido de nudos ilimitados ahora cuando
las moscas tensan la tarde en los parques y mi respiración atardece en la hoja
seca siempre digo que olvidaré pero siempre hay palabras abiertas como heridas
ensartadas en el aliento en el fondo uno siempre tutela el refajo de la
desnudez y el sesgo que golpea las rodillas y el abrazo mortecino del suspiro en
mi humedad de ciénaga todo aquello que uno es capaz de soportar en los hombros
o la espalda: detrás del bebedero de los candados las ásperas madrigueras del
desvelo y la piel creciente con sus agujeros
Barataria, 23.IX.2017
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