Pintura de Dorothy Ganek, cogida de Pinterest
AGOLPAMIENTO
Todo es
diferente cuando la fiebre exorciza las entrañas y nos rompen las pupilas los
manotazos del viento las respiraciones desbocadas de los objetos o nos
fastidian los minutos pastosos de las simulaciones hay sombras desparramadas en
las puertas y convulsos relámpagos en la
garganta: alrededor nos arrebatan las contradicciones y el torso de los patios
de la resina las palabras y sus pezuñas ecuestres siempre a mi lado las paredes
de bahareque como débiles bocas de un matorral huellas fatigadas de dientes y
cráneos cabeceando su desdicha no sé cuántas veces hemos regresado de los
sueños perdidos de habitaciones y relecturas supurando relojes de saliva en el
filo retorcido de las aguas (siempre es
así cuando uno piensa en los peces que bracean insepultos en las sienes adentro
muerden extrañas lontananzas cartografías de axilas y velámenes inhóspitos en
plena embriaguez soy una hormiga en el eclipse de la garganta de repente hay
que deletrear ventanales y fuegos de viejas fotografías) —a este lado
donde los calendarios se llevan en los pies el pájaro desencajado en la pila
bautismal del silencio da risa después de todo el cerco de púas que data desde
muchos inviernos temo perder mis ojos entre las osamentas en los tantos
escondrijos donde impera el grito silba el escombro del asco en medio de
gemidos guturales entre esos fetiches de todos los días lavo la ponzoña
estrangulada de las verjas y su escultura de bóvedas y todo el fosforo de las
furias quemando los brazos y todas las esperas que desnudan mis infiernos a
veces sólo me aproximo a las palabras para sabotear todos los ahorcamientos y
con ello los tumbos que atraviesan mis ojos más allá soy inexperto para los crímenes
aunque dé picotazos el poniente y los desenlaces no sean como uno los desea
ahora extraño la desnudez que me golpeaba como una llovizna esos rincones donde
cabían mis manos la mirada verdosa de los movimientos y la blandura confundida
en mi sequía (en aquella locura eran
previsibles los ataúdes y los insomnios indemnes en el plano del desatino nada
de lo osado era inoportuno: siempre había una danza que carraspeaba en los
ijares esa turbia orillita de la noche y los círculos)
Barataria, 2017
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