Pintura de Ben Nicholson, cogida de pinterest
CÍRCULO DE
SALMUERA
Cada vez
morimos torpes y absortos domesticados por el brillo de espejos entre una
guacaladita de lluvia o en el filo de cuchillos amarillos la tierra huracanada
y pantanosa nos aflige la migaja de alhelíes que se cuela en la cobija o ese
bendito rumor de la mañana que nunca llega a rocío: en la gota que se adhiere a
la cara el reverso de los pájaros desaparecidos y la pared incesante obsesa de
museo es incomprensible la almohada ante la sombra del ojo que va muriendo
resulta extraña la oscura carroña de los meses y la seducción de la arcilla
seca como las tantas conciencias que pululan y aletean y embelesan toda la
jornada se ha llenado de injurias tal la residencia de nadie del abandono (yo ya no sé si ha muerto mi país con todo y
sus victorias contra los males de este mundo he advertido sin embargo cataratas
en las rosticerías del mercado en los índices de la sordera y hasta en la
basura que nos es indiferente a la hora de caminar la patria) a la boca
acude la vieja consigna de los minutos y los jirones de huesos del relámpago y
los túmulos rodeados de indolencia o de demencia por aquello de pagar el
tránsito —sin duda en la
dimensión de la ventana mienten las distancias: entre las tantas estampillas
cortadas por el fuego el deseo férreo de ser efímero ser destello grito de
gusano maltrecho ahí donde se acumula el polvo el espumarajo hurta las palabras
las tutela insidiosamente las muerde como es la costumbre durante el ruido de
los falsos ponientes el harapo comido del viento alguien destartala el ataúd de
la respiración y sueña su propia ceniza (he
ido apartando las manchas del frío en mis brazos los ruidos mortecinos en las
rodillas la humedad del dolor en cada turbulencia: a ratos la piel es otro
disimulo en mis brazos otro cuadro de la noche y sus demasías otro buitre
dibujado en mis sienes el bebedero alrededor de mis ronquidos de bestia) a
ratos sueño una montaña de ecos cárdenos aunque aclarada la noche todo queda en
suspiro: en este oficio de círculos la salmuera es otra moneda definitiva en la
farsa del último orgasmo nunca dejaremos de sorprendernos frente al sueño de
nube que inventa la carne claro que es extraño y monótono el musgo acumulado en
el tejado un grito se abre en forma de silencio y en lugar la resignación de
los resfriados tu pecho alargado o visto desde lejos…
Barataria, 2017
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