Imagen cogida de la red.
CONFINES DEL ALETEO
Ahora camino
detrás de las vacilaciones urdidas de la sombra del alfabeto de todos los
taburetes olvidados en los ojos de cada mesón innumerable de pájaros del rastro
perdido que nos dejan los analgésicos de la belleza de los aullidos agolpados
en mis sienes: a veces sólo en la vigilia se tornan insolubles los pretéritos
se exhuma el sigilo mientras en el fosforito de las pupilas se va registrando
toda la tiranía de los sueños (en medio
de tantas colillas y disparates se pierden las manos y el contorno de las uñas
se pierde de ortografía rozo los amarillos acumulados en mis dientes las celdas
dondequiera que existe oscuridad los espejos amoratados del dolor en mi olfato
la saliva contada cuando atraviesa mi lengua) —pronto cae el invierno sobre
los andenes cae el infinito sobre el hueso de la rosa nos desviste la decrepitud
que huye del árbol: pálida la luciérnaga que centellea en las manos casi que
todo queda abierto a la punta de los clavos y a la carne que se pierde entre
espejos de neblina: abre a viva voz la piedra incómoda en el zapato el pañuelo
donde se encienden los estanques y se concentran las aguas tienta los mares
contenidos en el pálpito los litorales y los trenes fenecidos en las vigas del
cielo sólo van quedando las torturas y los agujeros del bostezo y el conclave
de los destiempos y la bestia incesante
del hollín que juega al ruido de la oscuridad (tanto imposible quema la espera y pudre los fermentos: lo sé cuando ya
el rostro está maltrecho de fatigas y cualquier pared es definitiva en la
garganta) quizás deba ponerle buena cara a los maleficios o darle un
mordisco a la avaricia del Paraíso o reunir todos los falsos estupores de las
jeringas los gemidos que cubren las mortajas o aquellos senos en los que aprendí
el reacomodo o los condones estrujados
por el azoro de los juegos del follaje: al trasluz del humo tatuado de huidas todas
las retrospectivas de los días orgásmicos y sus secretos de afilada campana
todas las reliquias tetelques en la boca o el simple sobresalto al pensar en el
destrozo de mis brazos —ahora releo simplemente la flor deshabitada y la
sepultura en la que se guarda la ternura (las
cadenas claro no pierden su existencia ni vigencia)…
Barataria, 2017
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