Imagen cogida de la red
COLLAGE
En
el estante del almanaque, los imaginarios animados de la irrealidad: la vida
con
sus arcanos, la historia y su lenguaje relativo. (Ulyses o Kafka dentro
de las mismas paradojas: el no ser dentro de la gota dispersa de las geometrías.
Siempre nos delinea el sinsentido; miedo y mutismo nos acompaña, ningún vacío
s terapéutico, por más que nos vendan en franquitos la tan ansiada alegría.)
de las mismas paradojas: el no ser dentro de la gota dispersa de las geometrías.
Siempre nos delinea el sinsentido; miedo y mutismo nos acompaña, ningún vacío
s terapéutico, por más que nos vendan en franquitos la tan ansiada alegría.)
Disneyworld
coexiste en la pluralidad de nuestros ojos. ¿A qué distancia habitamos
el
far west en los parajes diversos de nuestro trópico? Siempre regreso al juego
de
los imposibles, ésta es mi única certidumbre.
Entre
los velámenes paralelos a la ceniza, el acantilado y su imaginario genésico.
Los
discursos políticos nos recuerdan lo incomprensible que es la vida, las décadas
de
decadencia y grafiti, el deseo libidinal por ciertos santuarios.
No
puedo fiarme de la nube y su forma de mundo.
La
misa aun comienza en la noche infinita, suena el cáliz de las talabarterías.
En
el sofoco del tráfico, el papel periódico con todas las celebridades.
Parece
que las moscas viven en perenne contubernio, lo dice la avidez urbana
del
chanchuyo, la proclama de la patria en cucharaditas de aceite de bacalao.
Es
pecado abrir los ojos ante los spots y cierto vocabulario de proxenetas
y
publicitas del narcisismo…
Barataria,
16.II.2015
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