Imagen cogida de la red
MARGINAL
Pertenezco, sin embargo, a esa especie
de hombres que están siempre al margen de aquello a lo que pertenecen, no ven
sólo la multitud de la que son, sino también los grandes espacios que hay al
lado.
Fernando Pessoa [Libro del desasosiego]
Se
endurecen el suspiro y los pies. Después, las puertas y las fotografías,
la
duda y sus juegos hidrocefálicos; cada vez, se acentúan las posibilidades
de
la ceniza de este otro lado del despeñadero y lo inminente.
Duele
la ferocidad como pájaro agorero, la mercadería de la nada, el mercado
con
sus letales monedas, el lenguaje de la noche y la pesadumbre.
Nos
hartamos de las esencias paralíticas y de la indiferencia pétrea.
En
estos andenes estamos más próximos a la muerte. (No hay antes, ni después)
sólo presente. El alba se hace añicos en
los espejos.
El
vejamen cubre la carne de crepúsculos. El minuto madura su amarga
ponzoña.
Siempre está lejos el horizonte para disfrazar la úlcera de las rodillas;
en
la entraña, los huesos igual que un tarro quebrado de largas heridas.
Todas
las falacias se disfrazan de cántaros.
Después
de tantas sepulturas, no sirven de mucho las palabras: no caben
los
sueños en un país de gritos, ni aun la basura que vocifera en el tizne.
Cada
día nos toca hacer abstracciones de la felicidad e inventar trenes.
En
nada creemos, salvo en la demencia y el pus…
Barataria,
17.II.2015
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