Imagen cogida de la red
IMÁGENES ESCULPIDAS
En el ojo arrancado a la piedra,
el árbol disecado de los ijares en medio
de una luna de espejos memoriosos. En los muslos
amarillos del reflejo,
esta suerte de lenguaje madurado;
en lo baldío de la ventana, el motín de hojas
como cuerpos precipitados en la
tinta.
En las inclemencias desangradas,
la elegía levísima de tus pies.
(Ángeles y pájaros alumbran la sal redonda de las fotografías:
siempre es extraña
la boca del Paraíso y lo irrefutable del náufrago que se
abre igual
que el junco de la tarde.)
Las imágenes esculpidas en la
memoria son calles con forma de ausencia.
Nunca hay un nombre para los
diversos fragmentos del pretérito.
El aire en el abismo del paladar
subvierte la cal del calendario: la angustia
siempre tiene balcones de pésame;
todo el telar de las catacumbas embiste
el subsuelo de la saliva. En mis
alas, encallan sin más los pantanos.
Aspiro el edén del pubis en mi
aliento. (Las manos siempre avanzan
en el despeñadero; en la yema de los dedos, el delirio de la ciudad
y su historia.)
Ante el epitafio, el ombligo
vaciado del jadeo.
Barataria, 25.I.2015
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