Imagen cogida de: flickrhivemind.net
ABISMOS DILATADOS
No hay abstinencia para esta
melancolía de manos. En el paraguas disecado
del abismo, la garganta a
traspiés del aliento suicida: hurga el azogue
en las bisagras envueltas del
sigilo.
Desnudos los coágulos del cuervo
colindante con el hambre.
Cada vez se dilata el espejismo
en el esqueleto del aire.
En la grieta del abismo, solo los
dedos grises de la ceniza hundidos en la rendija
del páramo. Todo es duda en un
bostezo de lagrimales.
(Me percato de tantos huesos a mi encuentro, tal el fuego de la
historia.
¿Quién sale ileso después de transitar por las calles del
sonambulismo? ¿Quién?
¿Quién pervive en el escombro después de morder la tinta del
grito?)
—En la asimetría de la sal o los
pájaros, nunca faltan los atavismos del tiempo,
ni las aguas intravenosas de las
luciérnagas.
De nuevo estamos en el reino de
un laberinto apenas intuido.
Hace falta agua para validar los
grifos. Hace falta saltar alambradas.
En los armarios difuminados, el
horizonte ahogado en el tizne.
Barataria, 09.II.2015
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