Pintura de Antonio Berni (1905-1981)
EXTRAVÍOS DE LA MEMORIA
Sobre el árbol de luciérnagas, los extravíos de la
memoria y su metamorfosis.
En plena noche las estrellas grises de los espejos son
islas penitentes.
(Apenas el colmillo
de las palabras como un espantapájaros;
como pequeños
rostros disueltos, la demasiada memoria de sonidos,
la lengua aguda de
las estampidas,
el duelo de los
pronósticos, la zambullida en cuclillas hacia los sueños.
Calla la sal en sus
caballos granulados o avanza la piel calcinada de la entraña,
o desfallecen las
cucharas azules frente a mis ojos.
O los rostros de
polvo arrastran las calles como si se tratase de una lluvia,
o la tierra
martillea en los talones,
o crece lo
imprevisible de los transeúntes con sus meditaciones suplicantes,
o suelta el corazón
sus aguas pálidas, su delgado hielo de alambrada,
o brota el olvido
para reverdecer en otros nombres,
o nos empuja el ojo
hacia el pájaro bizco de la deshora,
o nos muerden las
cabuyas con su bestial boca de humo, casi como escupida
de nube, entre
clavos colgando de sartenes,
o arrancamos los
gritos a los titiriteros con zancos, a los agujeros que rubrican
el escalofrío, hasta
bajar a los resumideros,
o mordemos el paraguas de helechos de los
moscardones,
o enloquecemos en
la pestilencia sexual de la dentadura de los afrodisíacos,
o nos quedamos allí
en el agravio del doblez de uñas con risita de penumbra.)
Después de todo, uno siempre es una especie de extravío…
Barataria, 2017
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