martes, 18 de abril de 2017

DOBLECES

Imagen cogida de la red





DOBLECES




Del lado de la oscuridad la ramazón chamuscada del aliento. El silencio.
La noche se adentra, gradual, como un cuchillo en mis latidos.

—Dueles, —digo, como una perra en celo— en medio de mis brazos.
Dueles, hora de alfileres.
Dueles de esqueletos y huesos.
Dueles de tumba y pestañas de ceniza.
Dueles sólo de tierra amortajada.

Arden las pesadumbres juntas como el carbón de la noche, como el enredo
del aguacero de los remolinos, mientras palpo la gota de luciérnagas
en mi sed de palabras: trastabillo en el frío quebradizo de las aceras,
atenazo mis dientes en las amarillas arrugas del fuego,
en esa grieta mordiendo mis ojos.

Hay semanas vencidas y dobleces de tizne, semanas empapadas de rodillas.
Hay soledades cuyos filos degüellan pájaros y beben tatuajes.

Se muere de falsedades y tropezones y despenicados cuervos. Se muere.
Se muere en la espera de la justicia, amoratando los recuerdos.

—Dueles, —como los muertos asidos al pecho—, junto a mi voz.

Nunca entenderé la ladera que habita desde tempranas horas,
ni sus patéticos eriales, ni su pobre brillo.
Desde siempre, las sílabas interminables del sonambulismo, las mismas sombras alrededor de mi aliento. Total, callo en la intensidad del deshielo.
Barataria, 04.III.2017

No hay comentarios: