jueves, 2 de abril de 2015

CUERPO AUSENTE

Imagen c0gida de la red




CUERPO AUSENTE




Solo el cuerpo ausente atravesando los rincones oscuros del silencio.
Tal vez porque la oscuridad madura en la rotundidad de las palabras.
Tal vez porque en el pecho la ausencia es únicamente memoria: un cuerpo
que se aclimata en los párpados, y que se nutre de la muerte.
(Mientras los trenes se despiden con su aleteo ronco, los dos surcos de los rieles, 
abren la garganta hasta el cielo. El grito descarna las lejanías.
Muerden los amarillos de las sienes y la entraña.
Es como si de pronto uno quisiera saltar un muro de dura inexistencia.)
Desde el recuerdo, el cántaro de las distancias, el horizonte enfermo de tizne,
y las sombras inducidas del hollín.
Mis pies de crepúsculo ya no pueden caminar sobre la noche del asfalto.
Es cadáver la boca bajo la espera de la tierra.
Frente a los pájaros que deshoja el ansia, el desierto y sus manos aviesas.
Muerto, siego las sombras de la noche. ¿En qué cercano vuelo, la ausencia
dejará de ser fecunda? Somos la vértebra pobre de los días y no el ave fénix.
¡Qué vigilia más eterna la impotencia sobre un mar de barcas!
—La noche es un túnel donde se arriman todos los recuerdos, la hoja caída
que nunca retorna al árbol.
Despierto de las semillas; y es espuma el amanecer…
Barataria, 25.III.2015

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