Imagen cogida de la red
TRENES SIMULADOS
En el ijar de las aguas
irrecobrables, las sombras perdidas en el diluvio
de las lágrimas: ante el umbral
adverso, retumban los trenes simulados a golpe
de espejismo. (Nunca me quedo; siempre estoy en fuga.)
Y así, me adentro en los rieles
del fuego, quizá en los durmientes estáticos
que produce el vértigo.
Nunca me quedo en piedra, es
cierto; por eso hago de mis rincones, mi propia
estación, ese divisadero de
ventana y sinfín.
(A menudo uno salpica al destino de espejos, ¿de qué otra forma
puedo despertar diferente, avanzar a la luz y no a la fosa? Sé, que detrás de
mi solapa
hay paredes funerarias que se nutren de mi hambre.)
Al recuerdo de mi infancia,
siempre resucitan mis trencitos de madera.
Barataria, 19.XI.2014
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