Imagen cogida de la red
HASTÍO
Me cansan los asedios y los días
de la semana. Me ríen las trampas
de este reino; ante lo visible,
un mundo a oscuras, los riesgos siempre de caer
en el vacío de la ceniza, en la
hondonada donde no gobiernan las palabras.
—Me harto de este reino y de las
matronas que engendran las sombras,
me harto de las asperezas de la
ropa raída,
me harto de la dureza de la
agonía,
me harto de los dignatarios de la
nueva desnudez.
(Para sangrar, todos los agobios del alma, soportar la madera
tórrida de la noche,
cruzar a oscuras el camino del dolor, morder acaso las
hebras del luto,
colgar el pálpito de la hoja caída de los muertos.)
A veces es inútil el ojo cuando
el cuerpo desciende cansado de sed.
Llueve sobre las estatuas la edad
perdida, las estaciones circundantes
de los primeros cuadernos, la
mínima espuma de los ríos del sigilo.
Y sin embargo, debo caminar sobre
tantas calles húmedas de humo…
Barataria, 08.XI.2014
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