Imagen cogida de la red
QUEMADURAS
Arde la luna quemada en los ojos
y el color traslúcido del arco iris.
Amarga la brasa diluida en la
boca, el párpado petrificado de las siluetas.
Sobre todo lo que anochece, los
jinetes deshojados del grafiti,
ciertas sombras calientes en lo
subterráneo.
(Después de inmolarnos fervientemente en las aceras, la amalgama
de los minutos en cucharas de cataclismo. Aun en lo póstumo
pervivimos.)
Desde la cal viva de la sed,
carne y piel trituradas: arde el único fuego de estar
en medio de extraños espejos,
entre dolor y liturgia, brumas y
tórridos sonidos.
—Debajo de los imposibles,
alguien olvidará pronto su historia, pese a los ecos
que suscita la ceniza en las
palabras prostituidas. La escoria es atroz.
Barataria, 05.VIII.2014
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