Imagen cogida de la red
PAISAJE
INMÓVIL
En la
ciudad de los muertos, los féretros estáticos y la uña de gato rasgando
la
caligrafía de la lápida del último bostezo del calendario.
A veces
envidio la geometría de lo inmóvil, el humo destronado del chorrito
de hormigas
en pos del cemento inmutable.
A veces,
también, los fragmentos de la medianoche, la nostalgia
de los
murciélagos, las manecillas del reloj enterrado en su funda de cuarto
menguante
de saliva.
Siempre es
indiscutible el barniz que precede a la madera: el tendón ciego
de la risa
cayendo en el abismo, tantos peldaños para ser después solo piedra.
(Vos
que te rehusás a ser marea y morder los encajes del sexo, —tu frutero
en
la yema de mis deseos, sujeta a las arenas movedizas del vaho.)
Toda la timidez
de los versos de la muerte nos persiguen; el frío final muerde
la mortaja
de estos cuerpos de perenne marcha.
Despertamos,
sin duda, en el insólito moscardón de lo lamentable.
Barataria,
10.VIII.2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario