lunes, 4 de agosto de 2014

DESTRUCCIÓN

Imagen cogida de la red



DESTRUCCIÓN




Ahora solo nos queda destruir las palabras. Y ofrecer clavos de abismo
en las tumbas. Algún día dejaremos de ser cuerpos aturdidos y despojados
de todo sueño. (Nunca fue tan predecible la muerte y sus ardimientos.)
Nunca estuvimos tan cerca del Dios de las sombras, de la mano oficiosa
del dolor, del espejo oscuro de la violencia.
(Si ahora vinieras, podrías rescatar algunas luciérnagas del instante;
solo entonces, tendría potestad para desprenderme de estos monocordes
sinuosos del tiempo en la conciencia.) Odio el pudor entre las rendijas
del mañana. Odio, en realidad, todos los inventarios del horizonte…
Barataria, 03.VIII.2014

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