lunes, 5 de agosto de 2013

VIEJA HERIDA

Imagen cogida del FB de Doina Dorneanu




VIEJA HERIDA




Un día veré sanar esta vieja herida (como “los caballos de Eneas que saben
lo mismo perseguir acá y allá… que huir ligeros”.)
¿A quién le toca hablar de este cauterio? —pregunto al alma— es cuestión
de tiempo y olvido, me responde.
He caminado kilómetros de niebla y no me encuentro, ni vislumbro
el cuerno para derribar el muro que petrifica las sombras.
(Hay en la sangre ensordecidas oquedades: calendarios negros de piel gastada,
y dolientes mentiras como la desnudez de un siglo.)
Ahí, asustado en medio del caos, el hambre como un éter de pies ligeros,
la fatiga que jamás llegó a ser begonia,
o el alba endurecida en mis ojeras. Nunca pude huir; preferí la ferocidad
del insomnio y su monumento de sal. Para consuelo, pertenezco
a ese tatuaje de  la espina desafiante en los calcañales…

Barataria, 01.VIII.2013

3 comentarios:

Marina Centeno dijo...

"He caminado kilómetros de niebla y no me encuentro"
Qué inmensidad dentro de un verso, Poeta, cuánto más el poema completo!
Cabe la valentía, el asombro, la audacia, la destreza y la manera fehaciente de escribir sin necesidad de ego, ni lucimientos.
Excelente, poema, querido André.
Un fuerte abrazo, desde mi Yucatán, México.
Saludos.
Marina Centeno.

André Cruchaga dijo...

Querida poeta Marina: en primer lugar, gracias, por visitar mi blog; en segundo, agradezco tu comentario. Sabes que aprecio, tan bien y también tu poesía nacida de los hontanares de tu alma.
La mía, es esa forma de irme despidiendo de esta vida y dar paso a otras esferas, sin más que mi alforja de sueños.
Un abrazo agradecido.

Marina Centeno dijo...

A veces hay que ser tan amplio como la utopía y tan ciertos como la muerte misma. Lo consigues, André. El realismo de las imágenes poéticas, es una de las tantas cualidades que ejerce tu escritura...y de los sueños, la verdad que asevera que existes y que aún hablando de despedidas se te siente cerca en la distancia geográfica, no así en la cercanía del poema mismo, cuando se entraña y pareciera que estamos en la agonía que te incita.
Saludos y gracias por tu palabra, soy asidua a lo tuyo, lo sabes.
Marina Centeno.