Imagen cogida de la red
FUGA
El tiempo transcurre más allá de
nuestros poros, más allá de las cortinas
de la memoria, del otoño y los
noctambulismos.
(Sueño en los grises enrarecidos del espejo, vasta fuga del
ciempiés
de lo fantástico, inaudible
todo el equipaje perdido del ombligo.)
—Me fugo del insulto irascible y
obsceno.
A veces sobre el trajinar
insospechado, los hermetismos de la lluvia
descendiendo hasta los
imprevisible de los miedos.
¿Quién dijo que todo era luz en
las Siete cabritas del cuento? ¿Quién
dijo
que el vómito no horada la mesa?
—Ahora lo sé cuando la breña y la zozobra
ejecutan sus propias
demoliciones.
(Nunca fue fácil vivir en un pedazo de húmeda eternidad; pronto
uno se abre
a los vacíos: hecha está la lágrima para la fiebre del espejismo.)
—Mientras limpio la habitación,
pienso en la rotación de los
ahogos, en todo el duelo que me dejaron
los relámpagos y el graznido de
la jaula…
Barataria, 16.VII.2013
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