Imagen cogida de soledadfelloza.com
ELEGÍA
El polvo cubre como una brasa
henchida las ventanas: todo deshabitado
y en silencio, el follaje y el
ala que una vez transcurrió.
La soledad ha hecho crecer la
hierba en los balcones, ye oye el estrépito
del solsticio y el fantasma del
estival.
Hay paraguas petrificados y un
cataclismo de sombras bajo el aliento.
(Abundan las dudas en esta romería de lluvia: aquí lentamente la
náusea
feroz de lo definitivo y la lágrima.)
¿Bajo qué lamparillas de noche
descubrí las distancias, y la alforja
del templo de mi aliento al punto
de perturbar la paz de mis palabras?
Ahora caen los días como aguas
aterradoras,
jaula la tullida luz de la noche,
calles en las monedas disecadas
de los escaparates,
nieves que un día mojaron mi
memoria, anochece y duele la brizna.
Barataria, 09.VII.2013
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