Imagen cogida de la red
ESTACIÓN
Y vos y yo caminando en el centro
de la tinta con estruendo de huesos.
En la estantería de los canastos
el olor solar del incienso y los caballos
zurcidos de las nubes,
los rincones de los días
proféticos del escarabajo en las hebras de domingo.
—Retumban todas las cavilaciones
buscando su equilibrio:
nacimos siempre para morder el
entrecejo de lo prohibido, altos
los colores ataviados de las
escaleras,
los estribos de la nostalgia,
todo cuanto son las aguas, llenan
las acequias, el pedernal de los corceles,
o la sombra muda del taburete que
espera su absolución de huésped
efímero en la aljaba de las
desinencias.
—(En la astilla de los semáforos se asoma una ventana, pienso…)
Para encontrarme siempre parto tras
el polvo de las persianas…
Barataria, 14.VII.2013
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