Imagen cogida de: avalonc.com
CERRADURA
Cerré con llave toda la
precocidad de los días corporales. El fuego brusco
de mis libros para adentrarme en
lo apacible.
Después de todo el tiempo de los
féretros es el mismo: dilatan, claro,
las hambres y la madera y los
perfumes que exhiben los bíceps.
(Laboro en la densidad de las puertas cerradas, por si acaso.
Encima de mí,
la piedra labrada de los ojos, la mano al borde del poema.)
Por lo demás, mi trabajo es
silencioso: primero la brisa, después la piel
con su ignorante vivencia;
así se lo he dicho al vuelo y al
perro que me hace compañía: (vos que me
mirás
desde el ansia de los meses) sin más fábula que el bullicio de las
calles.
El último designio de la sangre
fue arrancarme los pálpitos:
dentro de poco le haré una
estatua al insomnio; después de todo,
la llovizna que se cuela por los
poros también es irreal…
Barataria, 24.VI.2013
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