Imagen cogida de la red
ESCOMBRO
Debajo de los sedimentos del
ansia, escombros de lámparas.
Días de forcejeo entre el destino
y la sed: días de agónicos epítetos.
Sobre la acera, sólo el confeti
de los pájaros,
las paredes sucias, desnudas de
tiempo, y lo patético de la utopía.
Por cierto, ya no recuerdo los
nombres que me condujeron al vacío:
ráfaga, ternura, asombro.
¿Qué fue de la luz? —Me encuentro
con osamentas.
¿Qué sucedió con los jardines?
—Estoy al borde del hambre, sostenido
por paredes de hollín, perenne en
mis vísceras abiertas.
(La zozobra es una palabra hecha con escombros: destrenzo el
albergue
de la razón para tirarme a la chimenea del infinito.)
Hasta lo que una vez fue altura,
ahora es bajío. Encallo en este callejón
sin salida, sabiendo que la
tormenta trae cementerios.
Barataria, 25.VI.2013
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