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ÓYEME, SOLAMENTE
Después de todo los
anillos sordos de saliva redondos de jugar a las ojeras fúnebres como toda la
noche ardiendo en mis retinas a veces amortajados como mi corazón hecho de
largas herrumbres a veces como el tizne de los hacinamientos sin esa memoria
reptante del espejo a veces suicida como mis propios sueños de aquel cuerpo
engangrenado en el traspatio de la sombra en el aguacero de las exequias las
tantas siluetas del país sin levantarse o la falta de cobija anegada del frío —vos que me consumís con tu sexo de incendio
hasta anularme o confundirme de puertas (idéntica
a la tierra que me consume) nos duele la fragilidad del ojo en la
insaciable tragedia de nuestra geografía nos duele la comida y su eternidad a
cuenta gotas: sólo me acuerdo de nuestras lenguas encima una de la otra locas
de abrir y cerrar el telón heréticas de la economía y de los sofismas del
tiempo nunca es fácil amar sin consumirse siempre nos queda la duda cuando
osamos entrar a la historiografía de nuestra materia en el fondo somos una
especie de buzos ciegos entrando a la gran ciudad sumergida en la emoción
después sólo la sospecha y la ambigua crónica de la desmemoria: todo se pierde en la vaguedad del país pese
al íntimo viaje de la liturgia uno se acostumbra a esa sensación de niebla y
desfloración del insomnio uno se acostumbra a trastabillar frente a los
barrotes y despertar en vísperas de otro cementerio todo después es dentellada
y cansancio pantano escaleras en descenso todo sí es el gozo al revés del tacto
—me conmueven todas las sinrazones del
éter y la página de piel que aún guarda resacas de otro tiempo antes no era
buscarte en los recovecos de lo inhóspito tampoco en el chasquido de la
sobrevivencia hoy ya no entiendo qué debemos olvidar del olvido ni en qué
desnudez puedo transitar sin riesgos al extravío óyeme desde la sangre que
golpea óyeme desde mi boca arrancada desde el grito sordo de mi ternura desde
esta tiranía de la fugacidad óyeme en tu mudez de risa y brazos óyeme solamente
con mis años de granito y somnolencia con la embriaguez de los asesinos y la
muchedumbre de víctimas…
Barataria, 2017
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