Pintura cogida de Pinterest
INTOXCICACIÓN
Mi inocencia culmina en la rosa de tu pubis esa
“que hiende la vidriera gótica de la absorción” con las patologías propias del disfraz: ese mundo
donde el tacto prolonga la voz hasta los confines indivisibles de la luz (queda el letargo de las magulladuras y el
río quebradizo galopando sobre el horizonte de los párpados hasta la turbación
de la hora nona o el suicidio antes que el instinto se oxide reluce el agua
verde en los ijares como un mar en lo hondo del aire nada tiene lógica mientras
el horizonte traza sus líneas y nos pilla el absoluto con sus ráfagas de cascos
es menester abrir el césped de las geometrías trepar al arbolito y morirse reír
de las sombras que se desprenden del sudor obligado de la ventana) ya hemos
caminado tanto que nos corroe la distancia de lo andado: la sed sin embargo nos arrebata la lógica del
padecimiento los rostros negros y el martirio de no tener sobremesa y los
peligros que uno tiene al soñar diferente un mundo al de la anemia ante la
intoxicación del país uno tiene que apresurar los zapatos para no caer en las
indeterminaciones del vacío: ¿cuánto de nosotros se ha perdido en estas
sucesivas guerras asidas al aliento? ¿Hasta cuándo desconfiaremos de las
esquinas de los acuarios de sangre anónima? —quizás pocos puedan con esta bisectriz de telaraña uno se cobija con la sombra de la
muerte que anda en todas partes además de los atardeceres prontos están los
desgarramientos y los respetivos santuarios del sollozo: hay tantos laberintos
que uno acaba torpe impreciso con esa sensación de arrebatamiento del sueño o
la vigilia a veces sólo se desea otro universo duele el tiempo con su trote de
cruces duele la bizarría de la falsa sabiduría y su costumbre duele soñar
amando a la patria y su memoria de ceniza —me dolés vos con tu nombre despierto en mi tórax me duele tu
memoria y todos esas rugosidades de ciprés sucede a menudo que el camino no
deja de ser otro patíbulo no menos cierto que la aldaba de hollín que abría el
asombro: aquí el alfiler de las postrimerías el alfiler que copula el dolor en
mis sienes aquella fue otra muerte a cuya eternidad no me resigno el sosiego es
ilegible en este ruido de nudos y esquinas…
Barataria, 2017
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