Pintura de Zdzisław
Beksiński, cogida de Pinterest
ANDENES DEL SUBMUNDO
En el trance carnívoro del candil el pájaro
de kerosene como ese líquido espectro de las semanas fenecidas: en el oficio
del sollozo acuden los pies y el paraíso de poros para recordar la ventana y el
pedernal la tierra de las palabras o el tatuaje expuesto a la sed del delirio —a veces pienso en todas las catástrofes de los ijares y en esa
luna de calles atravesando el tórax y en el país de hojas marchitas y en las
supersticiones del harapo y en los baños públicos granulados en la violencia de
los andenes en el submundo del azogue nos ciegan las mordazas sutiles de los
anaqueles y el mordisco oscuro de las sílabas y el ardimiento de máscaras entre
los dientes —siempre hablo del vuelo
aun en medio de bocas sinuosas y residuales tengo en mi haber costras sangrientas
de pájaros y cielos que nada tienen que ver con los espejos y espasmos de sal
perdidos en el traspatio de las sombras en la pugna de mis anteojos la pupila
gris de los meteoros y su estremecido gemido de sexo ambulante: me llueven las
baldosas con exceso de colillas esas certidumbres del improperio a la hora de
enumerar la febrilidad de los espejos flotantes y telúricos del fuego en algo
nos muerde siempre la soledad fría de los cuchillos las precipitaciones de la
boca a cambio de nada en algún lugar la ferocidad nos obliga a lamer el ruido
cosificado de la penumbra en la
herrumbre del cuerpo —me dices— la tibia
luciérnaga del pedernal a punto de fenecer todo los imaginarios tienen rostro
diferente a veces obsceno el granito de los adioses el ciervo que gotea
buscando su libertad o los espejos en su contradicción de alba en la saliva
aplastada de los trenes un dejo de arrebato de esqueletos roídos por la
intemperie hoy sé que la bestia del crimen
(la boca plural del veneno) sólo
nos deja el esqueleto del silbido la fotografía nauseabunda del martirio la
mala hora digamos del faro desvencijado de los ojos y la cobija en cierto modo
el hambre nos obliga a recordar o quedarnos o seguir las señales endurecidas
del humillo del azar
Barataria, 2017
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