viernes, 11 de agosto de 2017

LLUVIA DEL RASTROJO

Pintura de Manolo Millares, cogida de Pinterest (Cuadro Nº48.
 Óleo sobre arpillera. 88 x 130 cm. 1957.)





LLUVIA DEL RASTROJO




Nunca he sido del coro de los manicuristas ni de los pedicuristas  pero sí de los ceniceros de los bares donde se ensucian los genitales: siempre he sido parte de ese mundo degradante de las epilepsias de la vejez prematura de los ánimos de la sobredosis del cacareo del país: hay cosas que no son recuperables el torrente sanguíneo por ejemplo la rosa soñada en medio de los alacranes de la almohada luego los médium y profetas con su hipo sádico me he quedado pensando en todas las vértebras rotas del lenguaje en los herrajes que propician la asfixia quizás también en aquella ciénaga volcánica donde crecieron los destrozos de la adolescencia y la demencia desarticuló mi prolongación de equilátero después he caminado impávido sobre muchos orificios a veces imaginando mis tobillos destrozados seguidos de prolongados silencios: es inútil ver la calle estirando el cuello a través de la ventana al otro lado de los ojos muros de adobe inaudibles pegados al aliento salvo una rendija de luz ahí te veo como un cuentagotas que nunca acaba con la sed de todas formas el rictus de mi cara no abre cerraduras ni las rodillas avergonzadas en un caballete ni el caballo de viento siempre semejante a una sobredosis de ataúdes siempre pienso en la similitud de todos los cadáveres en la puerta que nunca se abrió que no pudo abrirse me temo que al permanecer aquí acabaré en mueca en esa sombra rota que van dejando las entrañas en los andenes quizás en telaraña tal las enredaderas en los baldíos insólitos de la piedra pómez  por cierto ya no seré el excremento deglutido ni el gemido de lo inmundo: siempre he supuesto que camino entre sinfín  de enajenaciones tras un golpe y otro uno ya no sabe cuándo será el turno de la conciencia o si en la deshora se puede encontrar el velamen de la patria no aniquilada tu rastrojo es una lluvia permanente en mi laberinto: en tu sueño los fármacos de mi jaula en el mío el vástago sobre tu cáliz el perenne mecate sobre tu cuerpo…
Barataria, 2017

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