Car Crash Studies by Nicolai Howalt,
imagen cogida de
Pinterest
ARCOÍRIS CREMADOS
En el arca de los olvidos (un día) otros exhumarán a manera de
relevo los rincones sepultados del sonambulismo las distancias de piel que tuvo
el delirio: ahora mis ojos mueren junto a todos los muertos de los periódicos
en la torre del abandono de las migas me desvisto arrojando la ropa a la espuma
sin mi hoja de afeitar se desbordan las malezas y se engruesan los senderos
hasta desaparecer todo lo anega el tiempo cuando la luz se acaba los extremos
indoloros de mis pupilas eso informe y menos real a tu melancolía siempre me
tocó avizorar lo irrenunciable que tienen las renuncias (no sé si de soslayo) pero aprendí a reír sobre el antesueño de tu
piel ahí deshaciendo el coágulo de cada uno de los espejos entrada el agua a la madera el país nos
mordió hasta la ceguera y arrasó con el blanco pájaro de la cópula: en tus
muslos quedaron retenidas mis alas y los residuos de nuestra labor de
carpinteros —¿Qué nos queda en el
centímetro exacerbado de los cipreses cuando el umbral no recompone sed ni
sueños?
Todo de pronto se tornó ínfimo
como los arcoíris cremados en la viruta como las moscas apretadas en el
pabellón nacional de la mesa como el chucho lamiendo la cerradura del
firmamento necesito desperezarme del grito de hollín que sangra en el tren de
mis venas: necesito gritar a las estatuas incandescentes de los bulevares
apelmazar un poquito las nubes apaciguar los senos de la pared de fondo oír en
una sillita el descenso confuso de los apuñalamientos (masticar una aspirina amurallada en mi boca) vaciar todos los
flecos de la saliva hasta enmudecer de mordidas no sé si sea necesario
encaramarme en tu aliento acaso necesario para cualquier turbulencia —ahora sólo me encuentro con unas palabras que enloquecen en el
fermento de la sombra desde el exterior uno puede entender mejor los camuflajes
y la gota de sal de las cobijas
Barataria, 2017
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