Imagen cogida de Pinterest
ACANTILADO DE LA TERNURA
Me empapo de toda la
avidez del vértigo del golpe inminente al pie del acantilado de la ternura que se descalabra en mis
sienes: me inunda la fisonomía de las carnicerías y el terror obediente debajo
de los pies siempre resulta así cuando se aferra al polvo de las semanas y en
la encrucijada uno exorciza los abismos aquellas aldabas enmohecidas de la
intemperie (Claro nunca ha sido fácil
atravesar el corazón de las mortajas ni el cortejo fúnebre de las palabras y
los adioses: tanto desamor lo hace a uno doblar las rodillas temblar golpear
las aceras sin saber por qué nada ha cerrado las grietas que fueron haciendo
las ojeras nada me queda de tus ojos sino la escoria y las tardes que ya han
marchado hacia otros confines mientras se va acumulando el moho en el tiempo
todo quizás se torne intrascendente el deseo no puede resarcir la cobija ni el
horizonte en la garganta todo acaba siendo extenuación y patíbulo) nada
puedo recuperar de lo inexplicable del país: no hay nadie salvo el grito no hay
nadie salvo las negociaciones truculentas y la penumbra del zarpazo en el
recuerdo tu voz y el paisaje inmolado de los amuletos y ese sabor a insipidez
de las arterias —quizás
el tiempo te haga recordar el acertijo del fuego en el pecho y todo el dolor
que dejas como monedas oxidadas las mordidas repugnantes por ejemplo que se
dieron simulando brebajes después de todo lo trágico es la locura lo que hace
lo suyo para sobreponernos a la razón destructiva y el despropósito de una
felicidad inexistente nadie ahora puede agregar una cucharada de azúcar al
infinito a lo fatuo e inasible no sé ya si se pueda despertar en el mundo de la
inconciencia siendo agua de río que atraviesa abismos y sin embargo hay un
destino abnegado entre nosotros un destino manifiesto de reminiscencias cierto
juego de supersticiones que nunca nadie sabe a dónde llegan —en el rostro los meses gotean su territorio
de quemada calma siempre resulta inexplicable la precipitación de una travesía
errante: nunca sabré si este dolor pudo ser otra cosa o sólo un extraño
desvarío de sed
Barataria, 2017
No hay comentarios:
Publicar un comentario