domingo, 7 de diciembre de 2014

VESTIGIO DE CENIZA

Imagen cogida de la red




VESTIGIO DE CENIZA




Morder allí la flor de zinc del lenguaje, los apellidos de la historia, las cuarenta
noches carbonizadas de la astrología, los vestigios triturados de la ceniza.
(Tal vez aquí encuentre un agujero para todas las desdichas carcomidas:
en las aguas del natalicio, no hay peces que abran los ojos a las sombras.)
En la parcela de la lengua, esa campana pulverizada del aliento.
Solo sobrevive la huella en pañuelos de ceniza;
en los capítulos de los poros, los cementerios con sus ojos de piedra.
Al final, solo queda remover las lágrimas del fuego, deshacer el cataclismo,
morder vagamente el talud y sus aristas.
—Alguien dirá, un día, que la intemperie es una herradura ensimismada
en la entraña o en el sopor abisal de una mortaja.
Después de la fábula, la lámpara enmohecida de las fauces…
Barataria, 06.XII.2014

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