Imagen cogida de la red
PERSUACIÓN DEL TRÓPICO
Esta mezcla de líquenes y
orgasmos, incautos espantapájaros del alba en medio
del vilano del rocío: el petate
al extremo adherido a los poros, refluidos
de megalomanía, suturas en los
andenes del aliento (mucha bufanda para
este
trópico en muletas); un día, eufóricos, quemamos las banderas y fermentamos
lluvias de topos. Al toque de
queda de esqueletos seminales,
los coitos de la esclerosis en
los lagrimales de la burbuja tránsfuga
de la angustia. (Es para reírse aquí o en cualquier parte.)
La modorra es exhausta hasta el
punto del sofoco de las extremidades.
En el camino me rindo: es
horrible el destiempo y la sudoración del caballo
de las axilas, ¿cuánta alabanza
hace falta para elevar a reino el fango
del paraíso? ¿Cuántas matronas
necesitamos para librar la batalla de la usura?
Dilapidada la esperanza, vamos
como la herrumbre en un mar amargo.
En todo el sudor, la lengua
oscura de la sal y la corpulencia del calor que hincha
los ijares hasta el punto de
vaciar las aguas apretadas de las venas.
Igual que el amor primero, este
trópico de desmemoria.
Barataria, 02.XII.2014
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