Imagen cogida del blog de Néstor
Medrano
A PESAR DEL POEMA
A pesar del poema, me hundo casi
siempre en lo hosco, en ese reino inmenso
de la Nada: en la contracara de
las cosas, los vientos inacabables de la madera.
Siempre el gemido de la tristeza
invade los rincones de los poros.
La tierra y sus aguas abiertas.
Los días monótonos de aves
disecadas, el vasto poniente como caricia negada.
Tal vez el antro masticando mi
cuerpo, los dientes crecidos de la dureza.
Tal vez la alegría que rozan las
ramas verdes de los paraguas o la etérea caricia
que juega a ser clarividente.
Sigo mínimo, pronunciando
portales, lluvias, hambres, senderos: confuso
en la neblina, la sombra de las
palabras en mi jornada diaria. (Alargo
mis preguntas al odio,
al amor: cierro la puerta; dejo que otros hablen.)
al amor: cierro la puerta; dejo que otros hablen.)
Regreso al acaso del padre y la
madre, la voz del frío en un camino dormido.
Las manos no me pertenecen, ni
las navajas sobre losas extinguidas.
A diario sólo perdura la sombra
de la lejanía, el nudo de la carne y los cauces.
¿Es flor esta fragancia del
absoluto?
—A pesar del poema, el silencio
es manso, pero gris la piedra de la agonía.
Camino, pero siempre me distraigo
en el tráfico…
Barataria, 24XII.2014
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